VIDA Y OBRA

Antoni Gaudí, máximo representante del modernismo y uno de los pioneros de las vanguardias artísticas del s. XX, nació el 25 de Junio de 1852 en Reus (no es del todo seguro, ya que no se conserva ningún documento histórico), en la provincia de Tarragona, Cataluña.

Hijo del industrial caldelero Francesc Gaudí i Serra (1813-1906) y de Antònia Cornet i Bertran (1819-1876) era el menor de cinco hermanos, de los que sólo llegaron a edad adulta tres: Rosa (1844-1879), Francesc (1851-1876) y Antoni. Los orígenes familiares de Gaudí se remontan al sur de Francia, en Auvernia, desde donde uno de sus antepasados, Joan Gaudí, vendedor ambulante, pasó a Cataluña en el siglo XVII; el apellido en su origen podría ser Gaudy o Gaudin.
Desde pequeño, Gaudí padeció un problema reumático que le impidió ir a la escuela y jugar con los niños de su edad, convirtiéndose en un gran observador de la naturaleza, de la que le atraían las formas, los colores y la geometría.

A los once años ya manifestaba su entusiasmo por la arquitectura y el dibujo, y a los diecisiete, se traslada a Barcelona para entrar en la escuela de Arquitectura.
De su personalidad podemos destacar la religiosidad y el escaso interés que demostró por la sexualidad. Sólo se conoce el nombre de una mujer de la que estuvo enamorado, Pepita Moreu, que rechazó la mano de Gaudí.

Sus primeros proyectos fueron los de las Farolas para la Plaza Real, el proyecto irrealizado de Kioskos Girossi y la Cooperativa Obrera Mataronense. Con su primer encargo importante, la Casa Vicens, Gaudí empieza a adquirir renombre y recibe encargos cada vez de mayor envergadura. En la Exposición Universal de París de 1878 Gaudí expuso una vitrina realizada para la Guantería Comella. El diseño modernista, a la vez funcional y estético de dicha obra, impresionó al industrial catalán Eusebi Güell que, a su regreso, contactó con el arquitecto para encomendarle varios proyectos que tenía en mente. Comenzó así una larga amistad y un fructífero mecenazgo que dio origen a algunas de las más destacadas obras de Gaudí: las Bodegas Güell, los Pabellones Güell, el Palacio Güell, el Parque Güell y la Cripta de la Colonia Güell. Asimismo, se relacionó con el marqués de Comillas, suegro del conde Güell, para el que realizó El Capricho de Comillas.

El Modernismo y Gaudí
Su actividad profesional se desarrolló en Barcelona, que a finales del s. XIX vivía un momento de auge económico debido al florecimiento de la industria y el comercio. La nueva burguesía enriquecida, fue la gran mecenas del modernismo, movimiento artístico europeo de finales del s. XIX, que en España, como en el resto de Europa, tomó unos tintes originales propios y creó la necesidad de renovación.

El modernismo en Cataluña se nutrió de la "Renaixença", sentimiento nacionalista que reivindicó la cultura y la política buscando referentes históricos en la gloriosa Edad Media. Extrajo los elementos tradicionales catalanes y recuperó el gótico como símbolo de su identidad.

La trayectoria profesional de Gaudí tuvo una evolución "sui generis"(de su propio género o especie), debido a su constante investigación en el campo de la estructura mecánica de las obras. En sus inicios, Gaudí recibió cierta influencia del arte oriental (India, Persia, Japón), a través del estudio de los teóricos de la arquitectura historicista, Walter Pater, John Ruskin y William Morris. Esta corriente orientalizante se ve en obras como el Capricho de Comillas, el Palacio Güell, los Pabellones Güell o la Casa Vicens. Más tarde, sigue la corriente neogótica de moda en el momento, siguiendo los dictámenes del arquitecto francés Viollet-le-Duc. Se puede percibir en el Colegio de las Teresianas, el  Palacio Episcopal de Astorga, la Casa Botines y la Casa Bellesguard, así como en la cripta y el ábside de la Sagrada Familia. Finalmente, desemboca en su etapa más personal, con un estilo naturalista, individual, orgánico, inspirado en la naturaleza, en el que realizará sus obras maestras.


Gaudí no sólo revolucionó la arquitectura, además diseñó muebles, elementos decorativos con vidrio y cerámica y empleó el hierro forjado. Todos ellos formaban parte de sus construcciones. Entiende la arquitectura como un arte integrador, simbólico y total dentro del mundo natural. Buscó la luz y el color. Sus edificios resultan una gran escultura de símbolos en cuya decoración tienen cabida otras artes, un intenso trabajo que desarrolló con la colaboración de numerosos artesanos.
La exposición universal de París de 1878 supuso el principio de su fama, allí conoció a uno de sus mejores amigos, Eusebio Güell, su principal mecenas junto con la burguesía y el mundo eclesiástico.

-Etapa historicista de Gaudí
En la obra de Gaudí se puede hablar de dos etapas. Una primera historicista que va desde 1883, fecha en la que ya empieza a trabajar en la Sagrada Familia, hasta 1900. La primera construcción es la Casa Vicens, de estilo hispanoárabe, realizada con abundante azulejería y con atrevidos mocárabes en sus techumbres. Siguiendo una estética gótica realizó el Palacio Güell (1886-91), el Colegio Teresiano (1888-90), el Palacio Episcopal de Astorga y la Casa de Los Botines en León.

- Etapa orientalista
En estos años Gaudí realiza una serie de obras de marcado gusto oriental, inspiradas en el arte del Próximo y Lejano Oriente (India, Persia, Japón), así como en el arte islámico hispánico, principalmente el mudéjar y nazarí. Gaudí emplea con gran profusión la decoración en azulejo cerámico, así como los arcos mitrales, cartelas de ladrillo visto y remates en forma de templete o cúpula.

- Etapa neogótica
En esta etapa Gaudí se inspiró sobre todo en el arte gótico medieval, el cual asume de forma libre, personal, intentando mejorar sus soluciones estructurales. El neogótico fue en aquella época uno de los estilos historicistas de mayor éxito, sobre todo a raíz de los estudios teóricos de Viollet-le-Duc. Gaudí estudió con profundidad el gótico catalán, balear y rosellonés, así como el leonés y el castellano en sus estancias en León y Burgos, llegando al convencimiento de que era un estilo imperfecto, a medio resolver. En sus obras elimina la necesidad de contrafuertes mediante el empleo de superficies regladas, y suprime cresterías y calados excesivos.
Un primer exponente será el Colegio de las Teresianas (1888-1890), en la calle Ganduxer de Barcelona, encargo de San Enrique de Ossó.
- Etapa naturalista
En este periodo Gaudí perfecciona su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, poniendo en práctica toda una serie de nuevas soluciones estructurales originadas en los profundos análisis efectuados por Gaudí de la geometría reglada. A ello añade el arquitecto una gran libertad creativa y una imaginativa creación ornamental. Partiendo de cierto barroquismo sus obras adquieren gran riqueza estructural, de formas y volúmenes desprovistos de rigidez racionalista o de cualquier premisa clásica.
El principal proyecto de Gaudí a principios del siglo XX fue el Parque Güell (1900-1914), nuevo encargo de Eusebi Güell para construir una urbanización residencial al estilo de las ciudades-jardín inglesas. El proyecto no tuvo éxito, ya que de 60 parcelas en que se dividió el terreno sólo se vendió una. Pese a ello, se construyeron los accesos al parque y las áreas de servicios, desplegando Gaudí todo su genio arquitectónico y poniendo en práctica muchas de sus innovadoras soluciones estructurales que serán emblemáticas de su estilo organicista y que culminarán en la Sagrada Familia.

- Etapa final
En los últimos años de su carrera, dedicados casi en exclusiva a la Sagrada Familia, Gaudí llega a la culminación de su estilo naturalista, haciendo una síntesis de todas las soluciones y estilos probados hasta aquel entonces. Gaudí logra una perfecta armonía en la interrelación entre los elementos estructurales y los ornamentales, entre plástica y estética, entre función y forma, entre contenido y continente, logrando la integración de todas las artes en un todo estructurado y lógico.
El primer ejemplo de su etapa final lo tenemos en un edificio sencillo pero muy ingenioso, las Escuelas de la Sagrada Familia, pequeño edificio destinado a escuela para los hijos de los obreros que trabajaban en el templo.
Desde 1917 y hasta 1926, año en que Gaudí  murió atropellado, dedicó todos sus esfuerzos al gran templo de La Sagrada Familia. Las obras progresaron muy lentamente, desde 1883 a 1891 se realizó la cripta, en 1893 se cerró el ábside y hasta 1925 no se finalizó la primera de las cuatro torres que debían completar la fachada del Nacimiento. La Sagrada Familia, su obra inconclusa, es inclasificable. Tomó elementos y estructuras del pasado, pero sobre todo dejó rienda suelta a su imaginación para crear un monumento tan lleno de personalidad que hoy es símbolo de Barcelona.

Gaudí murió atropellado por un tranvía cuando iba de camino a misa. Cuando fue atropellado ningún taxista quiso llevarlo al hospital y nadie reconoció quién era hasta más tarde, ya que Gaudí vestía de manera poco cuidada por lo que pensaban que era un vagabundo. Además era un hombre que no buscaba el contacto con los periodistas y huía de las cámaras por lo que no era muy reconocido.



David Patricio Lozano 4ºC, Proyecto integrado, IES Nervión.

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